XXIII campaña de excavaciones arqueológicas en Tusculum
El pasado viernes 2 de Octubre finalizó la XXIII campaña de excavaciones de la Escuela Española de Historia y Arqueologia en Roma-CSIC en Tusculum, que ha tenido una duración de cuatro semanas y ha sido llevada a cabo en colaboración con la XI Comunità Montana dei Castelli Romani e Prenestini, ente propietario del área arqueológica de Tusculum, y bajo la supervisión científica de la Soprintendenza Archeologia Belle Arti e Paesaggio per l’area metropolitana di Roma, la provincia di Viterbo e l’Etruria Meridionale.
La campaña de 2020, realizada en el ámbito de una estrategia común finalizada a valorizar el lado meridional del foro, ha interesado principalmente el sector de la basílica donde se han localizado una serie de nuevos hallazgos que enriquecen de forma notable nuestros conocimientos sobre el área monumental de la ciudad antigua. Las dificultades relacionadas con la situación sanitaria actual han determinado la necesidad de limitar el número de arqueólogos en el yacimiento para poder actuar en total seguridad. No obstante, los nuevos trabajos de campo han permitido adquirir importante informaciones cronológicas y avanzar en la investigación de las fases constructivas anteriores a la construcción de la basílica.
Particularmente interesante ha sido el hallazgo de una nueva estructura en bloques de toba de color rojo (2,35 X 2,60 m), ubicada en el límite occidental del sector de excavación. A la espera que el estudio de los contextos cerámicos pueda proveer su cronología de construcción, cabe señalar que las características técnicas y modalidades de puesta en obra de los bloques son las mismas del edificio documentado anteriormente por la EEHAR en el límite sur-occidental del foro, denominado “podio arcaico”. En época post-clásica, una parte de la estructura resulta reutilizada como silos (0,90 m de diámetro), cuyo uso terminó en la segunda mitad del siglo XII cuando fue amortizado y utilizado como basurero.
Durante la campaña 2020 ha sido posible también profundizar en el conocimiento del muro ya individuado en este sector el año pasado: se trata de un muro en bloques en toba, en dirección norte-sur (2,70 x 0,60 m ca.), cuyas características constructivas son las mismas del muro ya identificado durante las campañas anteriores de la EEHAR como límite occidental del edificio hipóstilo realizado en el frente meridional del foro anteriormente a la construcción de la basílica, fechado al siglo III a.C.
Otro elemento de novedad de la campaña ha sido un imponente muro en opus incertum (5,60 x 0,50 m ca.) realizado contra tierra, individuado por el momento solo parcialmente, ya que excede el limite oriental del sector. El año que viene habrá que profundizar la excavación: este año hemos llegado a una profundidad de unos 2 metros, sin encontrar todavía sus fundaciones. De momento, la hipótesis es que se trate de una estructura realizada para regularizar el frente meridional del foro, que quedó amortizada en el siglo II a.C.
Durante la campaña de este año ha sido posible recuperar nuevos tramos de la pavimentación de la basílica fuera de los límites del sector de excavación, concretamente al este y sur-este, hacia donde nos proponemos ampliar nuestras investigaciones el año que viene.
Al norte de la pavimentación de la basílica ha sido retomada la investigación de una estructura semi-hipogea de época medieval, cuya planimetría había sido definida durante la campaña 2019. Se trata de una cámara (5 x 4 m) a la que se accedía por cuatro escalones, reaprovechada al final del siglo XII como basurero del macellum, de la que este año se ha podido documentar la pavimentación asociada.
Los trabajos de campo se han acompañado con una fase fundamental de elaboración de los datos, continuando en la labor de creación de nuevas planimetrías de las fases edilicias, planimetrías reconstructivas y secciones arquitectónicas parciales y generales del área del foro en su evolución diacrónica.
Como ya en los años anteriores, las excavaciones 2020 han sido financiadas por el Gobierno de España, a través del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y del Instituto de Patrimonio Histórico Español (IPHE- Programa “Excavaciones arqueológicas en el Exterior”). El proyecto ha contado también con la contribución de la XI Comunità Montana dei Castelli Romani e Prenestini, que ha financiado seis becas para jóvenes arqueólogos italianos y ha puesto a disposición un espacio en su nueva sede de Villa Gammarelli destinado a laboratorio arqueológico.
Además, como es tradición, en la campaña han colaborado los voluntarios del Gruppo Archeologico Latino “Latium Vetus”.