CONCLUSIONES
Este largo programa de divulgación científica, alrededor de las humanidades, llevada a personas afectadas de alzhéimer es y seguirá siendo una experiencia increíble. Maravillosa desde diversos puntos de vista que no sólo tiene que ver con el propio paciente, sino también con sus cuidadores y con la implicación de los investigadores en una tarea que no siempre es fácil.
Con todas las personas con las que hemos trabajado en este programa nos llevamos su agradecimiento, su cariño, su comprensión, su solidaridad y su amistad. En un programa tan largo como ha sido éste, acaban rompiéndose las barreras entre el investigador y el paciente y sus cuidadores, conviertiéndonos en una pequeña gran familia, donde sólo se tiene como finalidad el ofrecer, sin esperar nada a cambio. Y sin embargo, nos llevamos tantas cosas. Y es que, más allá de lo personal, nos imbuye la conciencia de que los investigadores debemos salir de nuestra urna de cristal, de nuestro mundo de la academia, para acercar la ciencia a todos aquellos diversos colectivos que forman parte de nuestra sociedad. Unos colectivos que tienen derecho a que se les escuche, que les veámos y que disfruten de aquello que tanto nos gusta a nosotros como es la ciencia, en general, y la historia, en particular.
Nuestro sueño al trabajar con colectivos tan olvidados por la divulgación científica no es sólo dar a conocer qué hacemos los investigadores, sino también qué la ciudadanía en su conjunto pase un buen rato con la ciencia. Pero, además, pretendemos a través de artículos como éste, concienciar a investigadores, conservadores de museos, profesores, …, que es posible hacer divulgación inclusiva para muy disitintos colectivos. Ojalá podamos convencerles para que su sabiduría trascienda los límites de la academia y llegue a la gente. Estamos seguros que entonces serán conscientes de la importancia que tienen las actividades divulgativas, obteniendo a la vez un beneficio personal inmenso.
AGRADECIMIENTOS
Este trabajo lo queremos dedicar a todos nuestros abuelos y abuelas de Caritas-Roma, pero en especial a los que recientemente nos dejaron (Bruno, Gabriele). Ellos y sus familiares nos han enseñado la crueldad de una enfermedad en el cuerpo de personas maravillosas. Este programa divulgativo no sería una realidad sin ellos y sin la colaboración con los compañeros de Caritas-Roma.