11 Junio 2020, 17.00 h.
Coordinadores
Dr. Juan F. Gibaja (IMF-CSIC)
Dr. Niccolò Mazzucco (IMF-CSIC)
Dr. Mario Mineo (Museo delle Civiltà)
Presentación
En 2018, un grupo de investigadores formado por Mario Mineo, Niccolò Mazzucco y Juan F. Gibaja, pusieron en marcha un proyecto de investigación sobre el yacimiento neolítico de La Marmotta (Anguillara Sabazia, Italia) con participación del Museo delle Civiltà de Roma , la Institución Milá y Fontanals de Barcelona (IMF-CSIC) y la Escuela Española de Historia y Arqueología en Roma (EEHAR-CSIC).
Localizado en las aguas del Lago Bracciano, el asentamiento de La Marmotta fue excavado entre 1992 y 2006 bajo la dirección de M.A. Fugazzola de Soprintendenza Speciale al Museo Nazionale Preistorico ed Etnografico “Luigi Pigorini”.
Ocupado entre el 5600 y el 5200 a.C. (neolítico antiguo), actualmente se encuentra sumergido a unos 300 m de la orilla actual y a unos 8 m de profundidad. El hecho de que los niveles arqueológicos se encuentren a 3 metros por debajo del fondo del lago, ha permitido su perfecta-conservación de manera natural.
Los restos de animales y vegetales documentados nos hablan de una comunidad con una economía doméstica muy consolidada. Contaban con una variada cabaña ganadera y cultivaban distintas especies de trigo y cebada, así como diversas leguminosas y quizás incluso la vid y el opio. También eran cazadores y recolectores. La Marmotta escondía, además de los restos orgánicos, miles de útiles de piedra,madera y hueso, ornamentos y recipientes cerámicos y de cestería.
Sin embargo, lo que mejor que define a este yacimiento, es el grado de conservación de muchos de los restos arqueológicos, entre ellos caben destacar cinco piraguas, decenas de hoces, cuencos, palos cavadores, arcos y cestos, restos de material textil , alimentos (pan), y más de 20.000 semillas pertenecientes a 200 especies diferentes.
Algunos de esos restos, además, nos hablan de las sólidas redes de contacto que tenían las gentes de La Marmotta con otras comunidades contemporáneas. Así lo demuestra la presencia de obsidiana procedente de las islas italianas de Palmarola y Lipari, del sílex del Gargano, de algunas de las rocas empleadas en la confección de las hachas y azuelas originarias de los Alpes o la presencia de cerámica procedente del este del Mediterráneo.Finalmente, desde la perspectiva de la divulgación, y gracias al Programa Ciudad-Ciencia del CSIC, en colaboración con la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT), ha sido creada una excavación virtual en la que los asistentes podrán imaginar que están excavando los yacimientos italianos de La Marmotta y Tusculum.